“¿Debo ir a terapia sexual?
¿Cómo saber si ir a terapia sexual podría beneficiarme?”
Hablar de sexualidad, aunque sigue siendo un tema tabú, es esencial para nuestro bienestar. A veces, solo lo hacemos cuando todo parece estar bien. Pero, ¿qué pasa cuando nos enfrentamos a problemas como ansiedad sexual, estrés o no sentir placer? Si te has encontrado con más dudas que respuestas quizás sea hora de considerar ir a terapia sexual.
Es común tener preguntas o preocupaciones sobre la sexualidad. La verdad es que todos pasamos por momentos en los que no sabemos con quién hablar o cómo manejar ciertas situaciones que afectan nuestra vida sexual. Y eso, además de generar estrés, puede afectar nuestra salud mental.
Algunas personas sienten que tienen que seguir una secuencia rígida en sus relaciones sexuales:
Cuando el cuerpo o la mente no responde como se espera, es cuando la terapia sexual puede ofrecerte una nueva perspectiva.
Por eso te informamos de alguna situaciones específicas que pueden requerir ir a terapia sexual:
Entre los motivos más frecuentes para acudir a terapia sexual están:
- Disfunción eréctil: dificultades para mantener una erección,
lo que genera ansiedad por el rendimiento y afecta la autoestima. - Eyaculación precoz (involuntaria): cuando llegas al orgasmo antes de
lo deseado, lo que puede causar frustración en la relación. - Dolor durante las relaciones sexuales: como vaginismo o
dispareunia, que dificultan la intimidad física. - Anorgasmia: dificultad para alcanzar el orgasmo, lo que
puede crear una desconexión emocional. - Deseo sexual hipoactivo: la disminución o ausencia de
deseo sexual que puede tensar la relación de pareja. - Ansiedad o fobia sexual: miedo o rechazo al sexo, que
afecta la calidad de vida sexual y emocional. - Cuestionamientos sobre la identidad u orientación sexual, que genera estrés y angustia.
¿Cuándo es el momento de buscar ayuda profesional?
Si has enfrentado una o más de estas situaciones, durante un período prolongado (para ti) y esto está afectando tu bienestar emocional, tus relaciones o tu vida diaria: Es hora de considerar ir a terapia sexual. Además, si ya has intentado resolverlo por otros medios y no has visto mejoras, un terapeuta especializado puede ofrecer una nueva perspectiva y herramientas más eficaces.
¿Cómo puede ayudarte la terapia sexual?
Ir a terapia sexual es un paso positivo hacia tu bienestar personal y relacional.
Los beneficios pueden incluir:
- Mejorar la comunicación con tu pareja, aprendiendo a
hablar sobre tus necesidades, miedos y deseos sin incomodidad. - Aumentar tu autoestima, trabajando en los aspectos emocionales que afectan tu sexualidad.
- Deconstruir expectativas rígidas sobre cómo “debería ser
la relación sexual”, lo que te permitirá disfrutar de una sexualidad más libre. - Recuperar o mejorar tu satisfacción sexual, conectándote más contigo mismo y con tu pareja.
- Fortalecer tus relaciones, integrando la afectividad y la
sexualidad de una manera más consciente.
En el Centro de la Sexoafectividad, entendemos que la sexualidad es una parte integral de quién eres, comprendiendo las relaciones de forma circular, no lineal, por lo tanto, no se trata solo de “funcionar” en el sexo, sino de encontrar una conexión más profunda contigo mismo y quienes te rodean.
Además, nuestra visión de la sexualidad aborda como factor importante la afectividad. Esto significa que valores como el respeto, la responsabilidad y la amabilidad siempre van de la mano con una vida sexual sana. La terapia sexual también puede ayudarte a trabajar aspectos como la forma en que te relacionas con los demás, tus inseguridades, o incluso cómo enfrentar la soltería de manera saludable.
Foto: Instagram @centrosexoafectividad
¡Te invitamos a explorar tu bienestar sexual y emocional! 🙂
Si alguno de los temas mencionados resuena contigo, no dudes en buscar apoyo
En el Centro de la Sexoafectividad, estamos aquí para acompañarte en este proceso de reconexión contigo mismo, con tu sexualidad y tus relaciones.
*En este blog se varía entre pronombres femeninos y masculinos al azar.